Normalizando la diferencia, aceptando la diversidad.
Aunque la discriminación como en los tiempos de la colonia ya no está presente y se han dejado atrás las esclavizaciones de comunidades afro, es notable que se han establecido otro tipo de conductas que se pueden denominar esclavizaciones. Específicamente en Colombia se puede encontrar la esclavitud económica, ligada a ésta, a la esclavitud al trabajo, más que todo el infantil; esclavitud política y de poder; esclavitud sexual; matrimonios forzados; esclavitud mental y sometimiento de pensamiento; esclavitud educativa; la trata de personas.
Si se desean plantear soluciones a estas nuevas formas de esclavitud hay que entender que según como afirma Jamer Cockayne: ‘‘La esclavitud moderna es en realidad un producto de la forma en que funciona el sistema político y económico mundial: es una característica, no un error".
Estas nuevas esclavitudes se seguirán imponiendo, y cada vez desaparecerán unas pero surgirán otras, un círculo vicioso en el que el ser humano se ve envuelto. Aunque por otro lado, se puede recurrir a las leyes, para erradicar la esclavitud de forma efectiva a escala nacional, los Estados también deben invertir en desarrollo sostenible y en la protección y promoción de los derechos humanos.
En el ambiente escolar se pueden llegar a presentar actitudes discriminantes, tanto en niños como en jóvenes, para evitar estas acciones en nuestro como en todos los colegios donde se presente se debe entender que el respeto por el otro se forja en la niñez, en la educación tanto familiar como escolar, se debe enseñar e insistir en la identificación de casos de discriminación, las medidas que se deben tomar al éstos presentarse, qué hacer y a quién acudir.
La educación moral es la más difícil pero la más efectiva, implementando la igualdad, buena convivencia, eliminación de estereotipos o características que supuestamente vuelven a otro un ser inferior, dar a conocer la diversidad y normalizar la diferencia, se puede fomentar y alcanzar un ambiente de sana convivencia. Centrándonos más en nuestra institución, el ideal salesiano propone ser buenas cristianas y honestas ciudadanas, así generar una armonía social, sin discriminación hacia al otro y seguir con le legado de la comunidad salesiana.
En nuestro país, al igual que en los demás países de América la comunidad afrodescendiente fue segregada gran parte de la historia, por esta razón para concluir este escrito que precisamente habla de la no discriminación hacemos un reconocimiento a una tradición propia del pueblo afrocolombiano. Los alabaos son cantos tradicionales del pacífico colombiano, en un principio considerados de origen religioso ya que eran ofrecidos a los santos, pero con el tiempo se convirtieron en parte del rito fúnebre, estas voces acompañan durante días la despedida de sus muertos; han sido parte de la resistencia de los pueblos a la guerra, sin embargo hoy en día son cantados como esperanza a la venida de tiempos mejores. Estas mujeres cantan para curar las almas y pedirle perdón a la tierra, asimismo inculcan educación con sus conocimientos tradicionales para formar a las nuevas generaciones en una cultura de paz.
Si se desean plantear soluciones a estas nuevas formas de esclavitud hay que entender que según como afirma Jamer Cockayne: ‘‘La esclavitud moderna es en realidad un producto de la forma en que funciona el sistema político y económico mundial: es una característica, no un error".
Estas nuevas esclavitudes se seguirán imponiendo, y cada vez desaparecerán unas pero surgirán otras, un círculo vicioso en el que el ser humano se ve envuelto. Aunque por otro lado, se puede recurrir a las leyes, para erradicar la esclavitud de forma efectiva a escala nacional, los Estados también deben invertir en desarrollo sostenible y en la protección y promoción de los derechos humanos.
En el ambiente escolar se pueden llegar a presentar actitudes discriminantes, tanto en niños como en jóvenes, para evitar estas acciones en nuestro como en todos los colegios donde se presente se debe entender que el respeto por el otro se forja en la niñez, en la educación tanto familiar como escolar, se debe enseñar e insistir en la identificación de casos de discriminación, las medidas que se deben tomar al éstos presentarse, qué hacer y a quién acudir.
La educación moral es la más difícil pero la más efectiva, implementando la igualdad, buena convivencia, eliminación de estereotipos o características que supuestamente vuelven a otro un ser inferior, dar a conocer la diversidad y normalizar la diferencia, se puede fomentar y alcanzar un ambiente de sana convivencia. Centrándonos más en nuestra institución, el ideal salesiano propone ser buenas cristianas y honestas ciudadanas, así generar una armonía social, sin discriminación hacia al otro y seguir con le legado de la comunidad salesiana.
En nuestro país, al igual que en los demás países de América la comunidad afrodescendiente fue segregada gran parte de la historia, por esta razón para concluir este escrito que precisamente habla de la no discriminación hacemos un reconocimiento a una tradición propia del pueblo afrocolombiano. Los alabaos son cantos tradicionales del pacífico colombiano, en un principio considerados de origen religioso ya que eran ofrecidos a los santos, pero con el tiempo se convirtieron en parte del rito fúnebre, estas voces acompañan durante días la despedida de sus muertos; han sido parte de la resistencia de los pueblos a la guerra, sin embargo hoy en día son cantados como esperanza a la venida de tiempos mejores. Estas mujeres cantan para curar las almas y pedirle perdón a la tierra, asimismo inculcan educación con sus conocimientos tradicionales para formar a las nuevas generaciones en una cultura de paz.
El jueves 5 de noviembre de 2020 el profesor responsable de realizar la actividad de Afrocolombianidad con nuestro grupo fue Carlos Eduardo, dándonos así la posibilidad de realizar dicha actividad en los grupos colaborativos en los que estamos acostumbrados a trabajar con él, por esta razón el escrito presente en esta entrada fue realizado en compañía de Laura Agudelo Gutiérrez.
